El hombre del semáforo

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Creado en la desaparecida República Democrática Alemana, se ha convertido en un símbolo y un icono de la ciudad de Berlín.

El origen de este simpático muñeco se debe al desarrollo del tráfico rodado en las ciudades y a la aparición de los primeros semáforos a principios de los años 50. El psicólogo Karl Peglau, que trabajaba en el servicio de transportes y comunicaciones de la RDA, empezó a criticar que los colores de los semáforos de los peatones fueran el rojo, el ámbar y el verde.

Eran colores que no distinguían el 10% de la población lo que podía provocar accidentes. Así decidió diseñar unos semáforos con símbolos pero descartó esa idea ya que los niños y ancianos podían no llegar a comprender la simbología. Otro motivo para descartarla fue el alto coste que implicaba tener que cambiar todos los semáforos.

Tras la reunificación Alemana hubo varios intentos de estandarizar todos los semáforos del país pero esto nunca se logró, de forma que se pueden ver diferentes tipos de semáforos colocados por toda la ciudad.

En 1995 comenzaron las campañas de solidaridad por el Ampelmännchen, reivindicando que era parte de la cultura alemana oriental. Las protestas surtieron efecto y se volvieron a colocar muchos de los antiguos semáforos que habían sido retirados.

Hoy en día, en Berlín se puede encontrar al simpático muñequito por todas partes, estampado en camisetas, calcetines, vasos y semáforos de juguete entre otras cientos de opciones.

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