La Conferencia de Berlín, celebrada entre el 16 de noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885 en la ciudad de Berlín (Imperio alemán), fue convocada por Francia y el Reino Unido1? y organizada por el Canciller de Alemania, Otto von Bismarck, con el fin de solventar los problemas que implicaba la expansión colonial en África y resolver su repartición.
Tras la Conferencia, toda África (excepto Liberia) fue repartida entre las potencias signatarias. Sin embargo, Abisinia (hoy Etiopía), cuyo control había sido adjudicado a Italia, resistió a la invasión y permaneció independiente. Liberia, por su parte, era una antigua colonia estadounidense que había logrado la independencia en 1847, y que no fue sometida a nueva colonización.
Consecuencias de la conferencia de Berlín.
Sobre las consecuencias, valga decir para comenzar sin miedo a equivocarme, que el continente africano las continúa sufriendo cada día. Por otro lado decir que las podemos diferenciar entre las que acuciaron a los europeos, y las que repercutieron en los países africanos.
Sobre las primeras evidentemente la mayor parte fueron positivas; Para la economía supuso el acceso a las materias primas a bajo precio, así como la obertura de nuevos mercados para colocar sus productos manufacturados. Por otro lado para la sociedad europea supuso un alivio demográfico al facilitar nuevos empleos y lugares donde emigrar. Políticamente gran prestigio a nivel mundial de los países europeos y un gran alivio a los problemas internos, se suele afirmar que la Gran Guerra se retrasó por la carrera imperialista. Aunque también podemos afirmar que acabará convirtiéndose en una de sus causas más importantes.
Evidentemente lo peor recayó en los países colonizados. Para tener una idea de lo ocurrido, debemos pensar que gran parte del interior africano a la llegada de los europeos seguía inmerso en la prehistoria, con algunas excepciones como sultanatos o pequeños reinos que podemos compararlos con la Edad Media europea.