Mientras la única puerta que se conserva de la ciudad constituyó en el pasado la separación de Berlín entre oriente y occidente, desde la caída del Muro se convirtió en el símbolo de la unidad de Alemania.
Fue construida en 1789 en estilo clasicista alemán con piedra de arenisca, por el arquitecto Carl Gotthard Langhan. A parte de mantener segura la ciudad servía para controlar el flujo de habitantes y cobrar impuestos.